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CONOCIMIENTO DE LA PIEL
Y COSMÉTICA


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Mitos solares

RECONOCE LOS ERRORES MÁS EXTENDIDOS PARA UNA BUENA PROTECCIÓN SOLAR

Aunque la protección solar debería ser tenida en cuenta lo largo de todo el año, junto con los primeros rayos de sol y la subida de las temperaturas, llegan también las temidas quemaduras. Protege siempre tu piel de una forma efectiva y reconoce los errores más extendidos.

“Las cremas solares son la única forma de protección…”

FALSO. Los protectores solares son fundamentales para prevenir melanomas y cualquier otro tipo de trastorno o enfermedad cutánea; sin embargo, en el mercado también es posible encontrar complementos alimenticios o maquillajes con factor de protección. Además, es importante cubrirse el cuerpo con tejidos claros y ligeros y llevar siempre un gorro y gafas de sol.

“Como soy de piel muy morena, no necesito un factor de protección demasiado alto…”

Hay que tener en cuenta que no existe, aunque muchas marcas lo oferten, los protectores de pantalla total. Es decir, que ningún producto bloquea el 100% de la radiación ultravioleta. Eso sí, también hay que saber que se deberá utilizar un factor de protección más alto conforme más blanca sea la piel. Con una crema con SPF 15, bloqueamos aproximadamente el 93% de los rayos, aunque la cifra aumenta hasta el 99% si nos aplicamos un protector con factor 50.

“No uso protectores solares, porque tengo acné y echarme cremas lo empeora…”

El hecho de tener acné no es ninguna excusa para no usar cremas protectoras. La exposición al sol puede producir manchas o acentuar las pequeñas cicatrices que deja el acné, en cualquier parte del cuerpo (cara, escote, espalda...). En estos casos, lo que si convendría hacer es consultar con un especialista. También optar por los protectores solares con SPF muy altos y asegurarse de que siempre contengan como ingredientes filtros físicos, usar bronceadores ligeros, de tipo Oil Free con SPF, según el tipo de piel, y descartar los aceites.

“No necesito aplicarme la crema protectora varias veces...”

Ninguna crema solar, digan lo que digan las marcas, es eterna. Los especialistas recomiendan aplicarse el protector media hora antes de comenzar con la exposición, y reaplicarse el producto cada dos horas o cada vez que la piel se frote, se moje o se humedezca.
Usar protectores solares resistentes al agua o aceites solares con alta protección, que nos permitan alargar el tiempo de exposición solar, sería lo recomendable en el caso de realizar mucha actividad física al aire libre. Si se va a practicar deporte, justo después de aplicar el producto, sería mejor utilizar uno de rápida absorción, para tener la seguridad de que se está protegido.

“Puedo estar en el agua todo el tiempo que quiera porque mi crema es waterproof…”

FALSO. Aunque en el mercado se comercializan protectores solares resistentes al agua, estos reducen su eficacia con el paso del tiempo. Las cremas water resistant duran aproximadamente 40 minutos, mientras que las waterproof, algo más de una hora. Por ello, es necesario volver a aplicarse la crema protectora al salir del agua, cada 20 minutos si seguimos en remojo o cada vez que nos secamos con la toalla.

 “En el agua no te quemas…”

El agua refleja los rayos y aumenta las posibilidades de que nos quememos la piel, por ello es tan importante que nos protejamos antes y después del baño. Lo mismo sucede con la arena, el césped y los cristales de los coches, tres elementos que dañan nuestra piel a corto y a largo plazo.

“La protección solar sólo es para la playa o la piscina…”

Hay que usar diariamente cremas faciales con SPF, dependiendo del tipo de piel, tanto en invierno como en verano en las zonas descubiertas de ropa.
Cuando la exposición va a ser mayor (en los casos de ir a playa, piscina, montaña…) aplicaremos el protector siempre con la piel seca, 30 minutos antes de la exposición solar, con la cantidad necesaria para cubrir todo el cuerpo, sin olvidar orejas, cráneo sin cabello y manos. Luego se vuelve a aplicar la crema tras cada baño o pasadas dos horas.
Todavía no se está suficientemente concienciado de la necesidad de proteger las manos, a pesar de ser éstas las primeras en sufrir los estragos del sol y las que primero muestran los signos de la edad.

“Si me protejo, puedo tomar el sol todo el día…”

Ninguna crema solar es 100% infalible, incluso reaplicándola cada dos horas. Los expertos recomiendan evitar siempre las zonas centrales del día, desde las 12 del mediodía hasta las 5 de la tarde, ya que en esta franja horaria los rayos inciden con mayor fuerza y causan un mayor daño a la piel.

“Para qué voy a usar crema protectora si no hace sol…”

El uso de una crema protectora solar es necesaria los 365 días del año. El mejor consejo es utilizar, por ejemplo, maquillaje con protector solar o una crema de día con un SPF bajito durante los meses y climas más fríos. En verano, es necesario aumentar la protección con una crema de mayor índice SPF.
Hay que recordar que incluso en los días nublados, el 40% de los rayos ultravioleta están actuando sobre la piel.

“Las cremas es la textura más efectiva, los aceites no se absorben...”

La efectividad de estos cosméticos depende del SPF que tengan, es decir si se tiene la piel muy clara, se necesitará protectores con SPF 30 en adelante. En ningún caso tendrá que ver su textura. La única diferencia entre estos productos sería que tanto las cremas como las aguas solares son emulsiones homogéneas de dos fases (acuosa y oleosa), y el aceite es únicamente de una fase.
La crema tiene una textura más viscosa y de aplicación sobre la piel más untuosa, en cambio las aguas solares son más fluidas, ligeras y de más de rápida absorción que los aceites.

 “Como me doy rayos UVA y tengo ya bronceado, no me hace falta protección solar…”

Es cierto que en la aplicación de rayos UVA en cabinas no se puede usar ningún cosmético. Pero después del bronceado en cabina, conviene usar una crema corporal hidratante, para evitar el envejecimiento prematuro de la piel. Además, el tener activada la melanina de la piel por las exposiciones a lámparas UVA, no sustituye en ningún caso a la aplicación diaria de los protectores solares y con un índice de protección elevado.

 “No me aplico crema, porque así no es posible broncearse…”

Hay que tener en cuenta que la protección no está reñida con el bronceado. Las personas que les gusta lucir un bronceado intenso deberían optar por usar productos que contengan aceleradores del bronceado y una dieta rica en vitamina A, que estimulan la producción de melanina. Aunque busquemos efectos rápidos, debemos ser conscientes de lo peligroso que es no usar el factor de protección adecuado, o simplemente no utilizar.

 “Los protectores solares son muy pringosos…”

Para aquellas personas a las que las texturas más tradicionales les resulten molestas, actualmente los laboratorios ofrecen diferentes texturas ligeras e incluso libres de aceites como los llamados “Dry Oil” en spray.

 “El cuerpo y la cara sí, pero el pelo no hay necesidad de protegerlo…”
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El pelo sufre mucho con las altas temperaturas, al igual que lo hace con el agua de las piscinas y el mar. Por ello, es recomendable usar un protector solar capilar.
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