En la actualidad, el cáncer forma parte de nuestra sociedad en un porcentaje de casos muy elevado. Cada vez más, se está avanzando en el conocimiento y manejo de la enfermedad desde diversas disciplinas profesionales, al margen de la puramente médica. Y se crean enfoques multidisciplinarios que contribuyen al bienestar físico y emocional de la persona. Así nace la estética oncológica.
Cuando se lleva a cabo un riguroso tratamiento para superar un cáncer, se puede pensar que lo menos importante es la belleza y relajación. Sin embargo, se sabe que las personas que se cuidan y se ocupan de su apariencia mientras reciben tratamiento médico, así como durante su recuperación, ¡se ven y se curan mejor! Mejorando el aspecto físico se mejora el estado de ánimo y resulta más fácil recuperar el equilibrio interior, lo que revertirá en un mejor tratamiento.
La repercusión social que tiene la enfermedad es tan importante que ello posicionará a la estética oncológica entre los temas de estudio obligado en un futuro cercano. Esta práctica profesional de nueva de nueva generación ofrece tratamientos estéticos faciales, corporales y en zonas específicas, a todas aquellas personas que se encuentran en algunas de las diferentes etapas del cáncer: diagnóstico, tratamiento o recuperación.
Al atravesar una etapa de estrés y angustia, como puede ser ésta, ocuparse del aspecto físico ayuda a reconciliarse con uno mismo. Resulta asombrosos lo poderoso que puede ser este recurso como remedio natural en paralelo al tratamiento médico. La atención a la imagen personal, además de mejorar el aspecto físico, ayuda a recuperar la moral.
La importancia de ir a una esteticista especializada en estética oncológica
Una esteticista especializada puede aconsejar sobre los productos y tratamientos más indicados en cada momento para cuidar la piel. Su labor es clave en un momento en el que invaden numerosas dudas cuando empiezan a producirse los primeros cambios físicos derivados de los tratamientos médicos. Además ella personalizará el tratamiento estético que se debe seguir de acuerdo a las necesidades de cada piel.
Es muy importante que los tratamientos cosméticos aporten calma y confort. Siempre es aconsejable, en el caso de someterse a masajes o aparatología estética, consultar con el médico acerca de la posibilidad de alguna contraindicación.
La esteticista conoce cuáles son los tratamientos y productos que ayudarán a hidratar, oxigenar, calmar y aportar más elasticidad a la piel.
Es normal que durante los tratamientos surjan algunas dudas sobre qué es mejor hacer o qué alternativa es mejor escoger. Por ello, es aconsejable que se consulte siempre con un especialista. Los tratamientos faciales y corporales con la esteticista aportarán mayor viveza y gran confort a la piel. Los masajes relajantes o hidratantes con cremas, aceites o envolturas ayudarán a mantener en óptimas condiciones el estado de la piel y beneficiarán desde un punto de vista anímico. Delicadas esencias naturales como la lavanda, el jazmín o la rosa damascena son utilizadas para potenciar el efecto relajante y hacer posible que la sensación de bienestar perdure en el tiempo. Cualquier masaje, facial o corporal, ayudará a aliviar molestias musculares y a potenciar un mejor descanso. Siempre se recomienda comentar con el médico los masajes cutáneos.
Todos estos consejos son orientativos y en ningún caso deben sustituir las recomendaciones del médico. Ante la aparición de algún síntoma que sea molesto o persistente, es importante que se comunique para que se indique el tratamiento más adecuado en cada caso.