DIETÉTICA, NUTRICIÓN & PERDIDA DE PESO

¿CUÁNDO DEBEMOS PLANTEARNOS PONERNOS A DIETA?

Hay muchas circunstancias en nuestra vida en las que podemos plantearnos un cambio. El paso de los años, en algunos casos, puede ir dejándonos una pequeña suma de kilos que, poco a poco, se nos va acumulando.

En otras ocasiones puede ser, no sólo un problema estético, que también es importante, sino también una alteración en nuestro estado de salud o bienestar. Unas cifras de colesterol, glucosa o triglicéridos elevadas, una alteración a nivel del hígado 
en forma de aumento de transaminasas, una elevación de tensión arterial, etc.

Son “pequeños” avisos que nuestro cuerpo nos va enviando y que deben ponernos alerta en cuanto aparece alguno de ellos. 

Con ello no se quiere decir que estas anormalidades analíticas o tensionales sean siempre causa de un sobrepeso, pero sí en muchos casos, es el sobrepeso el que induce o provoca dichas alteraciones. 

Es, en esos momentos, cuando nuestra mente empieza a plantearse ese cambio. Entramos en la fase pre-contemplativa, en la que empezamos a pensar que perder un poco de peso repercutiría en un mayor grado de bienestar, en una analítica más normalizada, en una tensión menos peligrosa. Es en ese momento cuando empezamos a prepararnos mentalmente para realizar un cambio en nuestros hábitos de vida y de alimentación ya que sabemos que ganaremos calidad de vida con ello.

Cuando ya tomamos la decisión de dar el primer paso, entramos en la 
fase contemplativa, es decir, entramos en acción y empezamos a buscar 
el método o la persona que nos puede ayudar a conseguirlo. Nuestra mente y, 
por supuesto, nuestro cuerpo ya se encuentran preparados para empezar a poner 
los medios. Esta fase es muy importante pues de ella dependerá, en buena parte, 
el éxito posterior.

Una vez dado este paso, aunque sea de una forma mental, ya se considera que la persona está preparada para dar el “salto”, para empezar la dieta con la que vamos a estabilizar todos esos factores que se han desviado de la normalidad, ya sean físicos, 
ya sean estéticos y, como no deberíamos de olvidar, ya sean también de tipo psicológico.

Las dietas milagrosas no existen, siempre hay que sacrificarse un poco para conseguir 
el objetivo. No se trata de pasar hambre de una forma espartana, pero sí de evitar ciertos alimentos que no van a contribuir al objetivo deseado. Es sólo una medida temporal, sólo eso.

Siempre hay que ponerse en manos de un profesional de la medicina para ello. 
Es la persona idónea y capacitada para ayudarnos en ese proceso.

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